Un artículo publicado en la revista especializada Selecciones Avícolas afirma que desde hace algunas décadas, las características genéticas de los actuales híbridos de crecimiento rápido han favorecido la aparición de un gran número de anomalías en la carne fresca del pollo, situación que disminuye las propiedades nutricionales de este alimento.
Entre estas anomalías, destaca una en particular: la aparición de estrías o rayas blancas en la carne, las cuales, según la revista, están relacionadas directamente con los tratamientos de manipulación genética para el crecimiento rápido de estas aves.
“La carne de pollo que presenta estrías o rayas blancas exhibe un valor nutricional más pobre, una textura más dura y una capacidad de retención de agua deteriorada, por lo que no es la carne más idónea para el consumo humano”, se lee en el artículo.
La carne de pollo que muestre dichas características disminuirá en gran parte su valor nutricional y aumentará la grasa y colágeno que este alimento suele presentar.
Finalmente, el artículo recomienda a los consumidores revisar muy bien la carne de pollo que compran, ya que las líneas o estrías blancas son un signo claro de mala calidad de vida.