Todos los hemos visto y seguramente hasta probado sin saberlo, pero el pixtle es de esos sabores que se quedan en la mente y el paladar. Tiene un sabor ligeramente a almendra tostada, con un dulzor notable sin ser empalagoso. El pixtle es el hueso del mamey, un ingrediente que se utilizaba desde tiempos prehispánicos.
De acuerdo al Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, su nombre proviene de la palabra náhuatl pitztli, que significa hueso o semilla. La forma de encontrarlo es igual de fácil que partir la fruta a la mitad, ocupar la carne para hacer un licuado o un postre, y dejar el hueso listo para utilizarse.
Por ejemplo, en la sierra de Puebla se hierve, se ahúma, se corta en trozos y se ensarta en collares que se venden para prepararlos en enchiladas y los famosos pixtamales, que son tamales elaborados con esta fruta. Otro uso es utilizarlo para generar más espuma en un chocolate, o bien otorgar aromas y textura a una bebida, por ejemplo, el tejate oaxaqueño o un atole.
¿Cómo se prepara el pixtle?
Dependiendo de para qué platillo lo vas a usar, es la forma en que necesitas tratarlo. Por ejemplo, si quieres hacer agua de pixtle, basta con que pongas el hueso del mamey a secar durante algunas horas, para después quitarle la cáscara y rallarlo. Otra forma es dejarlo remojar durante una noche, cocerlo y raspar la pulpa, que puedes usar como mermelada en el pan de tu desayuno.
Fuente: foodandwineespanol.com