Para fiestas de cumpleaños, bodas, bautizos, confirmaciones, comuniones, domingos por la mañana (o por la tarde) y, por supuesto, en días festivos, existe un platillo en especial para los mexicanos que siempre será una buena opción: el pozole.
Ya sea de maciza, cabeza de puerco, pollo o hasta en su versión vegetariana, el pozole es un platillo lleno de sabor e historia, gracias a su proceso de preparación e ingredientes especiales.
El pozole forma parte importante de la cultura gastronómica mexicana, por lo que conocer sus orígenes e historia es fundamental para todos los mexicanos.
La palabra pozole proviene del náhuatl pozolli, que significa "espumoso", y pozol, "espuma". Sus ingredientes principales son granos de maíz, verduras, carne y sal.
De acuerdo con el libro Avances de la Ciencia y Tecnología Alimentaria de México, en su capítulo "El Pozole, situación actual y nutricional", se menciona que la historia más popular sobre su origen se remonta a la época de la conquista, cuando Fray Bernardino de Sahagún menciona que, durante las ceremonias en honor al dios Xipe Totec, se cocía maíz con carne de los guerreros sacrificados en los ritos solares, dando como resultado las primeras versiones de este popular platillo.
Sin embargo, ante la aberración que les provocaba a los españoles consumir restos humanos en el pozole, decidieron sustituir dicha carne por la del cerdo, la cual, según los frailes, tenía un sabor similar. Así que, al dejar de lado uno de los ingredientes más importantes para el platillo, fue despojado de su valor simbólico para la gastronomía prehispánica, provocando que su consumo se fuera popularizando poco a poco.
Conforme al paso del tiempo, el pozole fue adquiriendo nuevos ingredientes que no se presentaban en su preparación original, ya que, gracias la hibridación cultural, la gastronomía mexicana tuvo que adaptarse a las tradiciones, gustos, rituales y necesidades nacientes de los nuevos pobladores que tenían ganas de degustar un platillo que, alguna vez, fue una forma de demostrar valentía y honor a los dioses.
Actualmente, el pozole cuenta con distintas versiones, siendo las más populares el pozole blanco, característico del estado de Guerrero, y el pozole rojo, que se consume habitualmente en Jalisco y Sinaloa.