La tradición de consumir postres a la hora de la comida proviene de la Antigua Roma, donde se acostumbraba realizar exquisitos banquetes. Pero, a diferencia de nuestra actualidad, en aquel entonces el postre no se servía al final, sino entre comidas de platillos salados para limpiar el paladar. Y no eran tan elaborados como lo son ahora; se trataba, básicamente, de frutas y panes con levadura y miel.
Sin embargo, se presume que el postre más antiguo surgió en la Antigua Grecia, en el año 776 a.C., y que se trataba de una tarta de queso. Cuenta la historia que los primeros atletas que asistieron a los Juegos Olímpicos eran premiados con esta delicia, que formaba parte de un lujoso banquete exclusivo para los competidores.
Otra forma en la que surgieron muchos de los postres que conocemos hoy en día fue a partir de la búsqueda de técnicas de conservación de diversos alimentos. Por ejemplo, se observó que, si se calentaba leche con azúcar, dándole vueltas y dejando que se concentrara, se obtenía una sustancia de sabor muy dulce y agradable, y que se podía conservar por largos periodos de tiempo (y que conocemos actualmente como leche condensada).
Beneficios de acompañar tus comidas con postre
El postre posee una mayor importancia respecto de nuestra salud y buena alimentación, aunque no nos parezca indispensable a la hora de comer. Aquí te damos seis razones para que incluyas postre en tus comidas de todos los días.
1. Buenos para el corazón
Un estudio de la Universidad de Harvard demostró que ingerir un chocolate como postre puede disminuir el riesgo de sufrir cardiopatías y reduce la presión corporal. Además, el chocolate es un excelente antiinflamatorio y protege el sistema inmune.
2. Son afrodisíacos
Hay dulces que tienen poderes afrodisíacos. Por ejemplo, el pastel de calabaza contiene zinc, que incrementa los niveles de testosterona. El chocolate también es un potente afrodisíaco, al igual que la vainilla. ¿Y qué decir de las fresas con crema? ¡Es uno de los postres más deliciosos y sensuales que existen!
3. Pierdes peso
Contrario a lo que se cree, el postre puede ayudar a perder peso. Las personas que degustan un postre y lo saborean, poseen una mejor saciedad que quienes se quedan con hambre… y caen en la tentación horas después.
4. Previene antojos nocturnos
Restringirse de un postre puede resultar contraproducente si nos estamos cuidando para no aumentar de talla. El postre ayuda a que el organismo termine de sentirse satisfecho a lo largo del día. Esto se traduce en que uno cene más ligero y no existan antojos nocturnos.
5. Aumenta tu energía
El postre puede otorgar esa energía extra para terminar la jornada. Y, si lo ves desde otro punto, también te motivará a hacer ejercicio y seguir comiendo sin culpa.
6. Te pone de buen humor
¿Has tenido un mal día? El postre puede ser un aliciente que te ayude a sentirte mejor y te recuerde que no todo en la vida es malo. Recuerda: lo mejor siempre viene al final.