Sin duda, el vino es la bebida preferida de muchos; y es que por sí solo, posee la robustez necesaria para cautivar el paladar de las personas. Sin embargo, una práctica común es mezclar esta bebida con otros ingredientes para crear interesantes sabores; la sangría es el ejemplo más popular de esto.
Aunque existen muchas posibilidades creativas utilizando el vino tinto, existe una en especial que resulta ideal para la temporada de lluvias: café con vino tinto.
Esta amena combinación de sabores no sólo destaca por sus efectos en el paladar, sino por sus múltiples beneficios para los seres humanos. Conócelos a continuación.
Bebida cardioprotectora
El vino tinto es conocido por su presencia en la sana dieta mediterránea. Diversos estudios han demostrado que el consumo moderado de esta bebida se asocia con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Al mezclar el vino con el café, ese efecto protector se intensifica, ya que la cafeína (consumida con moderación) contribuye en buena medida a la salud cardiovascular.
Elixir antioxidante
El café es una de las bebidas más recomendadas por su gran cantidad de antioxidantes, entre las que destacan la conservación de la vitamina E, la reducción de radicales libres tóxicos y la protección de las membranas celulares de la oxidación. Lo anterior puede verse beneficiado al añadir las propiedades del vino, ya que una copa de esta bebida contiene aproximadamente 200 compuestos fenólicos diferentes, mismos que poseen una acción antioxidante que disminuirá los niveles de colesterol malo de la sangre.
Excelente para el cerebro
De acuerdo con distintas investigaciones, el vino tinto ha demostrado ser excelente para la reducción del riesgo de padecer enfermedades neuronales como el Alzheimer y la demencia senil. Asimismo, la combinación de este bebida con la cafeína puede ayudar a mejorar la capacidad cognitiva, optimizando la atención, la concentración y la memoria de las personas.