Los frijoles pertenecen a la familia de las leguminosas y, de acuerdo con sus características, han recibido diversos nombres a lo largo de la historia, agregando la raíz náhuatl etl, que significa “frijol”.
Este alimento permitió a las culturas indígenas del México antiguo sostener una dieta muy nutritiva durante largo tiempo. Y es que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en el mundo se conocen alrededor de 150 especies de frijoles, de las cuales 70 se encuentran en territorio nacional.
Usos gastronómicos
Sin duda, los frijoles son una de las guarniciones mexicanas por excelencia, ya que acompañan a la mayoría de platillos y antojitos mexicanos, como los sopes, los frijoles charros, los tlacoyos y, por supuesto, las tradicionales enfrijoladas.
Beneficios
Sin embargo, los frijoles no sólo son ricos por su sabor, también en los beneficios que le otorgan a los seres humanos. Este alimento contiene carbohidratos complejos, y entre las vitaminas que aportan se encuentran el ácido fólico y todas las que conforman el complejo B. Asimismo, los frijoles son una de las fuentes más importantes de hierro, magnesio, potasio, zinc, calcio y fósforo.
Por si fuera poco, este alimento se caracteriza por aumentar la saciedad de las personas y contribuye a la estabilización de los niveles de azúcar e insulina en la sangre.