La gastronomía mexicana goza de una amplia variedad de bebidas típicas que se preparan a lo largo y ancho del territorio. Ya sean en presentaciones calientes, frías, con alcohol o sin este, son productos que se consumen diariamente y que forman parte de la cultura de nuestro país.
El chilate es una bebida de origen mestizo, pues uno de los ingredientes principales de su preparación es el cacao, al igual que en muchas otras recetas prehispánicas. Sin embargo, otros de sus componentes como el arroz, la canela y el azúcar llegaron a México con la conquista española.
El estado de Guerrero se considera la cuna del chilate, donde se bebe de manera habitual, principalmente en las zonas costeras. Ahí se añade hielo y se toma muy frío para reducir el calor, al mismo tiempo que se nutre al cuerpo con sus propiedades.
El chilate puede encontrarse en mercados, locales, puestos o con vendedores ambulantes que recorren las calles del estado, mitigando las altas temperaturas guerrerenses. La preparación se bate constantemente y se deja caer desde una jícara hacia el vaso, para asegurar que se forme espuma.
Si visitas Guerrero, no dejes pasar la oportunidad de probar esta bebida típica para refrescarte y, si quieres hacerla en casa, te compartimos la receta.
Ingredientes
- 400 gramos de cacao crudo
- 400 gramos de arroz blanco
- 2 ramas de canela
- 250 gramos de piloncillo
- 6 litros de agua fría
- Hielo
Procedimiento
Enjuaga el arroz y déjalo remojar junto con la canela durante una hora en agua fría. Cuela y reserva.
Con ayuda de un rodillo, golpea los conos de piloncillo hasta que quede en trozos pequeños.
En un comal, tuesta a fuego bajo el cacao durante 20 minutos. Retira la cáscara y en un molino, procesador o licuadora, muele cacao y reserva.
De la misma forma, muele el arroz hasta que sea una pasta fina. Añade poco a poco el piloncillo hasta que se integre y se forme una pasta. Si es necesario, puedes añadir unas cucharadas de agua para lograr la consistencia correcta. Agrega el cacao molido e integra.
Retira de la licuadora y deja reposar la pasta por 15 minutos.
En un tazón o cazuela grande, agrega la pasta y añade el agua fría en tandas. Bate con las manos como tradicionalmente se hace, para disolver la pasta.
Una vez que todo esté integrado, agrega hielo y sirve.
No olvides agitar el chilate justo antes de servir y dejarlo caer desde lo alto para que se forme espuma.
Fuente: El Universal