Luego de que el Senado congelara la discusión de la Reforma Educativa impulsada por el gobierno Federal, ya que no se logró la mayoría para su aprobación, las dirigencias de la Sección 17 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y del Sindicato de Maestros al Servicio del estado de México (SMSEM), salieron a las calles de la capital mexiquense para apoyar el proyecto siempre y cuando no se contemple una evaluación punitiva.
Miles de maestros tomaron la Plaza de los Mártires en el marco de la celebración del Día del Trabajo, y aseguraron que la nueva reforma es vista como la posibilidad de reencausar y revertir malas inercias.
Eliud Terrazas, líder del SNTE en el Valle de Toluca, consideró que dar reversa a la ley vigente no es un retroceso, por lo cual, dijo, es necesario un mayor diálogo, acuerdos y creatividad para materializar lo que ahora se propone en esta nueva reforma.
Asimismo, señaló que es imperativo que se dé garantía a los estudiantes de que no se privatiza el sistema educativo y se brinde certeza laboral a los trabajadores de la educación; por lo que, acotó, solo piden modificación a lo que afecta su seguridad y la de las familias.
Por su parte José Manuel Uribe, líder del SMSEM, estableció que apoyarán esta nueva norma como lo hicieron con la pasada, siempre y cuando no se condicione su permanencia en el servicio educativo por el resultado de la evaluación.
Ambas dirigencias se pronunciaron por la preservación del fortalecimiento y la viabilidad de las instituciones sociales del estado, particularmente del ISSSTE, al calificarlas como el principal patrimonio de los trabajadores, e impulsar un sistema de escalafón como mecanismo de promoción de los docentes al señalar a la calificación estandarizada como ineficiente.
Reconocieron la política de gobierno del estado por mantener las prestaciones laborales y sociales y reprocharon que tienen al menos seis años sin ninguna mejora, lo cual ha minado las capacidades de los trabajadores.