La Subsecretaría de Control Penitenciario instrumenta la Orden General de Operaciones, que consiste en fortalecer las medidas de seguridad y custodia de las cárceles mexiquenses a través del incremento del estado de fuerza penitenciaria en los puntos considerados críticos, como atención a visitas, aduanas, esclusas, torres y dormitorios, con el fin de controlar el avance de casos COVID-19, proteger a la población vulnerable y mantener la seguridad y orden al interior de los centros penitenciarios.
Adicionalmente a la Custodia, el Grupo Táctico Penitenciario ha reforzado su presencia y rondines en los diferentes penales, en lo que se refiere a Policía Procesal, dada la reducción de los servicios en los recintos judiciales por causa de la contingencia; se reorientaron los servicios en los centros penitenciarios, reforzando su presencia en entradas y salidas, torres, aduanas y puntos críticos.
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Por otro lado, se ha contado con el apoyo de la policía estatal, Ejército mexicano y Guardia Nacional, quienes han efectuado rondines a lo largo del perímetro de los distintos centros penitenciarios, y se han reforzado los mecanismos de coordinación en caso de alguna crisis o emergencia al interior de las cárceles.
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En tanto, para evitar las riñas entre Personas Privadas de la Libertad, la Subsecretaría de Control Penitenciario inició el “Programa de vinculación entre Personas Privadas de la Libertad y sus familias por medio de videollamada”, ya que desde hace más de tres meses se ha restringido el ingreso de visitas. El Programa inició en el Centro Penitenciario de Neza Bordo y se extendió a todos los centros penitenciarios; a la fecha, se han realizado más de 10 000 videollamadas.
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Si bien las videollamadas están abiertas a toda la población penitenciaria, están sujetas a una serie de reglas como demostrar buena conducta y haber participado en los programas de reinserción social.