La Presa Madín, que actualmente dota de agua potable a alcaldías de la Ciudad de México y algunos municipios mexiquenses, se encuentra contaminada con hierro, aluminio, plomo, cadmio y heces fecales desde 2004, reveló un estudio de la escuela de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el laboratorio de toxicología ambiental de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).
La Comisión de Cuenca Presa Madín alertó sobre la contaminación de este recurso y los impactos y consecuencias en la salud humana, debido a la deforestación, depredación inmobiliaria, tiraderos de basura y descargas residuales sin tratamiento en el embalse.
Los resultados del estudio arrojan que en el agua hay hierro en 8.31, cuando debería ser menor a 1 para no representar riesgo; aluminio en 1.62, plomo en 2.02 y cadmio en 1.32, alertó la doctora Marcela Galán.
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Los ponentes advirtieron sobre la falta de manejo de los lixiviados provenientes del tiradero a cielo abierto de Tepatlaxco, ubicado en Naucalpan, que, junto con otros contaminantes, como el aluminio, dañan la salud humana.
El vertedero, señalaron, viola la ley federal, pese a las autorizaciones, aunado a las modificaciones en el uso de suelo que se han realizado en los planes de desarrollo urbano municipales.
La especialista Xiomara Trujillo lamentó la permisibilidad de las autoridades y la apatía de los ciudadanos para generar el desastre ambiental que se presenta en la Cuenca de la Presa Madín.
El abogado Miguel Miramontes Lira expuso la necesidad de concurrencia de los tres niveles de gobierno en defensa del embalse porque su contaminación está matando a la gente; el problema, consideró, es la impartición de justicia.
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Los participantes acusaron que hay gobernantes que no aplican la ley existente. “Falta que las autoridades hagan su trabajo, va en contra del derecho a la vida, la ciencia lo dice, nos estamos envenenando, existe 35% de azolve de heces fecales en el agua de Presa Madín”, prosiguieron.
La organización demandó que el embalse sea catalogado como un área natural protegida y propuso que, de manera urgente, actúen los gobiernos y la ciudadanía para el saneamiento con plantas de tratamiento, diseño de humedales, biodigestores, creación de áreas verdes, gestión adecuada de residuos sólidos, y la prohibición a los rellenos sanitarios en la zona y a la construcción sobre ríos y barrancas.
En tanto, el diputado Max Correa, presidente de la Comisión de Asuntos Metropolitanos y organizador del Foro “Presentación de Resultados de los Estudios Humanos del Consumo y Uso del Agua Proveniente de la Presa Madín”, alertó que existe una crisis socio ambiental en la entidad.
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Indicó que lo que ocurre con este embalse es sólo un ejemplo de la problemática que se replica en los demás cuerpos de agua del Estado de México, por lo que destacó la necesidad de realizar una reingeniería de las políticas públicas en la materia.
“La gente se está enfermando por la contaminación de la Presa Madín, eso dice la ciencia y es responsabilidad del gobierno que lo está permitiendo”, expuso, tras advertir que se debe actuar en lo inmediato porque nuestra salud está en riesgo.
El morenista refirió que ante la crisis ambiental de este embalse que dota de agua a los municipios de Atizapán, Tlalnepantla, Naucalpan y Ciudad de México, también se vislumbra la oportunidad resolverla, con la participación de todos, y de entrada se necesita reconocer a la naturaleza como sujeta de derechos, que somos parte de ella y que tenemos que convivir en armonía para tener viabilidad.
Confió en que, con un gobierno de signo distinto y la creación de la Secretaría del Agua, es viable encontrar el mecanismo de conjunción de acciones para modificar el estado de cosas, en el que tenemos la esperanza de iniciar una nueva etapa en el Estado de México.