Los trastornos derivados del consumo de sustancias y el suicido son dos de los más grandes problemas de salud pública en México y todo el mundo, sostuvo el especialista en adicciones del Instituto Mexiquense Contra las Adicciones, Eduardo Marbez Serio, al participar en el Foro Internacional Embarazo, Suicidio y Adicciones del Centro Universitario Nezahualcóyotl de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Afirmó que el establecimiento, en todo el mundo, de medidas de confinamiento a consecuencia de la pandemia de COVID-19 a partir de marzo de 2020, supuso la pérdida de hábitos y rutinas, además de la aparición de muchos estímulos que se consideran generadores de estrés psicosocial.
A lo largo de la pandemia, puntualizó, observamos que el distanciamiento social, el confinamiento en casa, las medidas de cuarentena adoptadas como estrategias de salud pública en muchas partes del mundo para la contención de la pandemia conllevaron una afectación seria de la salud mental, con manifestaciones como la ansiedad, la preocupación, el miedo y el aumento en el uso de sustancias nocivas.
Marbez Serio refirió que no es la primera vez que esto sucede en la historia de la humanidad, incluso en los años recientes. “En 2015 se generó el confinamiento de casi 17 mil personas que estuvieron expuestas al contagio del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés) y en ellas se observó un síndrome de estrés postraumático, sobre todo en el personal de salud, así como síntomas de ansiedad y depresión, incluso en aquellos que no contrajeron la enfermedad, que solo estuvieron en aislamiento por el riesgo de contagio. Estos síntomas perduraron de cuatro a seis meses luego del confinamiento”.
Detalló que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los trastornos de salud mental aumentan de manera muy importante el riesgo de muchas otras enfermedades y contribuyen a la aparición de lesiones, que pueden ser accidentales o auto infringidas y, por supuesto, los intentos y la consumación del suicidio.
Aseveró que, a consecuencia de la pandemia, la salud mental, siempre relegada a un segundo plano, cobró un papel protagónico, como nunca antes, en la historia de la salud en México y el mundo. “Su atención es una necesidad prioritaria a nivel global y debemos tener en cuenta todas las secuelas que conllevarán los trastornos que se han dado durante esta pandemia y que seguramente nos dejarán una estela de complicaciones”.
Eduardo Marbez Serio invitó a reflexionar sobre cuántos niños o cuántos adolescentes ya son víctimas de estas experiencias traumáticas y en un futuro van a desarrollar un trastorno por sustancias o trastorno mental. “Hay que hacer una adecuada evaluación de la situación y en el sector salud hay que evitar revictimizar a los pacientes de estos padecimientos”, concluyó.