Onésimo Cepeda renunció a sus aspiraciones de convertirse en candidato a diputado local y optó por mantener su estatus como obispo emérito de Ecatepec, después de que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se deslindó de sus intenciones políticas.
Tras su registro como precandidato de Fuerza por México la tarde de ayer, la CEM emitió un comunicado para deslindarse “de todo acto político, que a título personal realice Mons. Cepeda, no ejerciendo por ello, ni de voz ni de acción, representatividad oficial de la Iglesia Católica”.
El informe precisa que, hasta donde se tiene conocimiento, Cepeda Silva no ha dimitido a su calidad de ministro de la Iglesia Católica. “No consta que Monseñor Cepeda haya pedido ni recibido el permiso prescrito por las leyes canónicas”, detalla el documento.
Precisa que el canon 285, párrafo tercero, del Código de Derecho Canónico, establece que “Les está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos, que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil”, mientras el 287, párrafo segundo, dispone que “No han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales, a no ser que según el juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común”.
El CEM aclara que su intención no es dañar las aspiraciones del obispo emérito de Ecatepec, sino establecer lo que indica tanto el Derecho Civil como las leyes eclesiásticas, y precisa que deja en manos de las instituciones correspondientes dar o no validez de la candidatura: “Como ciudadano de este país, está sujeto a las leyes mexicanas y corresponde a las instituciones del Estado dar o no, validez y aprobación a su candidatura”.
El partido no se ha pronunciado sobre la decisión.