Frente a la demanda de aumento en la tarifa del servicio del transporte público de pasajeros en el estado de México, Marcos Herrera, especialista en sistemas de transporte de la UAEM, advierte que el modelo actual de movilidad urbana, todavía dominado por la cultura del coche, presenta infinidad de problemas que influyen directamente en el desarrollo social y económico, el medio ambiente y la calidad de vida de los ciudadanos.
Señala la urgencia de dar viraje al modelo actual “hombre camión”, de lo contrario, dice, la sociedad nunca dejara de ser rehén de las pretensiones económicas de los empresarios; tema en el que llama a la movilidad urbana sustentable en la consolidación de las ciudades del futuro.
Sostuvo que el continuo crecimiento poblacional, urbano e industrial en las ciudades de México trajo consigo una tendencia alarmante en el incremento del uso del automóvil.
“Señaló que la movilidad urbana es una necesidad o deseo de los ciudadanos de moverse; es por tanto, un derecho social que es necesario preservar y garantizar de forma igualitaria”.
Reprochó que las exigencias en el actual modelo de movilidad generan un conjunto de efectos negativos, reflejado en el consumo de espacio, tiempo, energía y recursos financieros, que puede traer consecuencias negativas, como contaminación atmosférica y congestión vehicular, pero también la pérdida de horas productivas, ocio y estrés, entre otras, que lamentablemente, son algunos de los rasgos característicos de las ciudades modernas y sus entornos.
“Es necesaria la movilidad urbana sostenible, que permita enfocarse en conseguir que las personas puedan acceder fácilmente a una diversidad de bienes y servicios que les permitan una vida digna”.
Puntualizó, se requiere el desarrollo de ciudades compactas, con uso de suelo mixto en armonía con redes de transporte público y no motorizado de calidad, que permitan a las personas satisfacer la mayoría de sus necesidades en distancias cortas.
La movilidad, resaltó está asociada a los usos del suelo, así que la localización de cada vivienda, infraestructura, equipamiento, instalación y edificación es lo que genera necesidades de movilidad, por lo que una estrategia de desarrollo urbano sustentable, desde la perspectiva de la movilidad, tiende a reunir armónicamente usos del suelo y necesidades de transporte.