El culto a la figura de la Virgen de Guadalupe trasciende el aspecto religioso para formar parte ya de la identidad de los mexicanos, así lo consideró, Antonio de Jesús Moreno Jiménez , antropólogo especialista en religión de la UAEM, al advertir que la fiesta del 12 de diciembre puede considerarse la fiesta religiosa más grande de todo el continente.
Señala que a diferencia de otras figuras religiosas de igual fuerza como puede ser la virgen de Maracaibo, o San Martín de Porres en Perú su fervor se centra de forma exclusiva en sus comunidades de origen, en tanto la virgen mexicana incluso se le califica como la “patrona de américa”.
A diferencia de otros cultos, destaca, el dirigido a ella no se ha transformado ni ha dejado de tener la misma fuerza.
“La verdad es que el culto guadalupano es uno de los más firmes uno de los más estáticos no hay un cambio a pesar de que las generaciones pasan padres hijos y nuevas generaciones siguen en el mismo tener de rendir culto a la virgen de Guadalupe regularmente en sus diferentes manifestaciones peregrinaciones, comidas reuniones en realidad no hay una adecuación el culto se mantiene firme”.
Muestra de esta fuerza que se ciñe sobre la figura de la virgen de Guadalupe, argumenta está, el nombre del hoy partido hegemónico en el poder federal, Morena, que aunque se ha querido ocultar, dice, tiene una implicación directa a la virgen.
En tanto la peregrinación que se vivió este 12 de diciembre afirma fue una manifestación de religiosidad popular, única, en donde se ofreció, sacrificio, esfuerzo y desvelo como única moneda de cambio.
Las apariciones de la Virgen de Guadalupe se dan en 1531 con cuatro apariciones en el mismo sitio donde había cultos prehispánicos a la deidad como Tonatzin que su traducción es “Nuestra Madrecita”.