“Hay una parte en la historia de Jesús donde Caifás y Anás le dicen a Malco: ‘Espíalo, ve con él a Jerusalén después del Domingo de Ramos, síguelo a todos lados, escucha lo que dice, mira con quién se junta… y busca cómo aprehenderlo’”.
Así describe un joven de 30 años originario de Capultitlán el papel que representa cada Semana Santa: Malco, conocido en la comunidad simplemente como El Espía. Este personaje recorre las calles de la delegación montado en su caballo y haciendo sonar un peculiar silbato hacia los cuatro puntos cardinales, como una advertencia al pueblo de que su misión ha comenzado.
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A su paso, una multitud de niños lo sigue en bicicletas, patines, motocicletas o a pie, acompañándolo en cada parada que hace frente a parroquias y templos del pueblo. Esta tradición no es nueva: ha sido heredada por generaciones dentro de la familia Morán, quienes han asumido con orgullo la responsabilidad de mantener viva esta figura tan representativa.
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Para el joven actor, Malco no es solo un personaje: es una mezcla de símbolos, historia y rituales que lo rodean. “Si le quito elementos tan distintivos como el casco, perdería esa esencia, ese misticismo que envuelve a Malco”, comenta.
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La preparación para encarnar a El Espía es un ritual en sí. Comienza con la caracterización: una camisa blanca con olanes, pantalón de colores llamativos, zapatillas negras, capa y el característico casco o “gorrión español”, que si bien no corresponde a la época bíblica, se ha convertido en un elemento esencial con el paso de los años.
“Ese día se siente distinto, te entra un cosquilleo, un estado anímico difícil de describir… una mezcla de nervios, ansiedad y emoción”, expresa el joven.
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Antes de salir, realiza una oración y recibe la bendición de su madre. Porta un machete en la cintura, acomoda su casco y se dirige a la puerta, donde su yegua color café lo espera. Junto a ella, lo aguardan decenas de niños listos para acompañarlo en su recorrido, mientras Malco sale una vez más en busca de Jesús, como cada año en esta entrañable y única tradición de Capultitlán.