Los nuevos estilos de vida y la cotidianidad de las nuevas generaciones han modificado los hábitos alimenticios y la forma de preparación de los alimentos. Muchas personas buscan productos de fácil y rápida elaboración, lo que ha llevado a que el consumo de productos como el maíz y el frijol disminuya.
El consultor agrícola internacional del Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal del Estado de México (ICAMEX), Mario López Rodríguez, señaló que hace 25 años en México cada persona consumía alrededor de 24 kilos de frijol al año, y que ese consumo en la actualidad se redujo a 10 kilos, aproximadamente: “Estamos muy por debajo del estándar de consumo, porque la gente joven no quiere consumir frijol por la dificultad de su cocción”, dijo.
Un mexicano consume actualmente alrededor de 196 kilos de maíz al año, cifra menor a la de años anteriores. El especialista refirió que esto también se refleja en los problemas de salud de la población: “Antes, no nos aquejaban tantas enfermedades como hoy en día, y esto se debe a la caída en el consumo del frijol y otras leguminosas”, precisó.
Asimismo, señaló que la producción ha disminuido en cerca de 50%. En el Estado de México, hace 20 años se producían entre 18 y 20 mil hectáreas de frijol; actualmente, la producción se encuentra en 10 mil hectáreas.
López Rodríguez lamentó que a pesar del origen mexicano de dichos alimentos, hay países que actualmente producen más que el nuestro: “Algo estamos haciendo mal y es un problema que debemos corregir en su momento”, enfatizó. Por ello, invitó a la sociedad a ver el campo como una forma de vida: “Regresar a las milpas y aprovechar el eficiente uso del terreno, la luz, el aire, agua y nutrientes que hay en esta entidad para un mejor desarrollo de estos productos”, y así volver a ser una potencia mundial productora de maíz y frijol.
“Esta labor en el campo podría generar fuentes de empleo, requiere de una extenuante mano de obra”, concluyó.