“Lento, lento, pero ahí vamos”, expresó Rosa María Reyes Pérez Ocaña respecto de las bajas ventas que presenta su Restaurante-Bar Galeana Metepec, pese a la reapertura de actividades, por lo que se mantiene a la espera de regresar a una normalidad más cercana a la de antes de la pandemia de COVID-19.
Aunque pocas, agradece esas ventas, pues tras dos meses de cierre total, luego adaptarse a la venta de alimentos a domicilio y ahora implementando estrictos protocolos sanitarios, ha logrado mantener a flote el negocio que opera desde hace cinco años con su esposo y también mantener a sus empleados.
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Mientras el semáforo de riesgo epidemiológico no cambie de color, consideró, no aumentarán las ventas, pues la gente aún se limita a salir de casa. Su principal ingreso se basaba en el buffet de desayunos, por lo que con el cambio de color podrían regresar a su venta estelar. Además, el hecho de que siga sin haber clases presenciales limita más la movilidad de las familias y la posibilidad de que busquen comer en establecimientos, por lo que prevén un cierre de año aún más complejo.
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Para lograr sobrevivir al impacto económico, Rosa llegó a un acuerdo con sus siete colaboradores: reducir a medio turno su jornada laboral, recortando el pago de nóminas. El acuerdo fue aceptado por los trabajadores, pues son conscientes de la situación, además de ser la única forma de conservar sus empleos: “Ellos entienden la situación; saben que si se van a buscar otro trabajo igual, no lo van a encontrar por la misma situación”.
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Afortunadamente, el suyo es uno de los pocos negocios que han recibido apoyo por parte del arrendador, pues les ha condonado parte del pago de la renta y será así hasta fin de año; aunque los pagos por impuestos y servicios siguen corriendo con normalidad.