A lo largo de la historia, muchos han sido los estudios que han comprobado que los primates tienen comportamientos muy similares a los de los seres humanos.
En un nuevo experimento para continuar constatando esta afirmación, un robot con forma de gorila se infiltró en una manada de estos animales salvajes en Uganda y los captó cantando a la hora de cenar. Dicha inserción se llevó a cabo con el propósito de dar seguimiento a una serie documental titulada Nature: Spy in the Wild 2, la cual sigue de cerca a los animales en sus hábitats naturales para observar sus conductas en el medio ambiente.
Sin embargo, la creación de un robot suficientemente realista como para que los animales lo integraran en su comunidad significó un esfuerzo descomunal para los especialistas. Por fortuna, después de un par de meses de desarrollo, el intento resultó ser todo un éxito, ya que el grupo de gorilas lo aceptó como un miembro más de la manada, sin darse cuenta de que su nuevo amigo, en realidad, era un espía robótico.
Y es que, si bien es cierto que para el ojo humano resulta fácil distinguir las diferencias entre una persona real y un robot, no es así para la manada que protagoniza un capítulo de este documental. Para el productor, Matt Gordon, era fundamental que el robot pudiera mimetizarse con el grupo: “La comunicación visual es muy importante entre los gorilas. En el metraje del primer episodio, los gorilas se acercaron directamente a nuestro espía y lo miraron directamente a los ojos. Fue por este motivo que nos aseguramos de que nuestro gorila tuviera la mayor cantidad de detalles en la cara”.
De esta forma, Gordon y la productora John Downer Productions lograron grabar material inédito sobre las rutinas diarias de la manada. Entre las actividades del día, destacó que los gorilas suelen cantar al unísono a la hora de cenar. En compañía de la cámara integrada en el robot, se demostró que los gorilas mayores cantan en la cena con más frecuencia que los jóvenes. Además, esta actividad la realizan más los machos que las hembras.
Por último, también se descubrió que los gorilas cantantes son más propensos a tararear mientras comen plantas y semillas, en vez de insectos u otro tipo de alimentos.¡