Gracias a 75 muestras de ADN y su análisis genético, ahora sabemos que en realidad las Chelus fimbriata, conocidas comúnmente como tortugas matamata, son dos especies de tortuga diferentes, tal y como se publicó el pasado 9 de abril en la revista científica Molecular Phylogenetics and Evolution.
Esta investigación, además, explica cuándo ambas especies se diferenciaron y cuáles son esas características que las haces distintas.
"Aunque estas tortugas son ampliamente conocidas debido a su aspecto extraño y su comportamiento de alimentación inusual, sorprendentemente se sabe poco sobre su variabilidad y genética", explicó en un comunicado de prensa el herpetólogo Uwe Fritz de las Colecciones de Historia Natural de Senckenberg, Alemania.
¿En qué se parecen y diferencian ambas especies?
Son pequeños reptiles con cabezas en forma de cuña, bocas anchas, ojos pequeños, caparazones nudosos y a menudo cubiertas de algas y tubérculos, además de colgajos de piel en toda la cabeza y cuello. Su apariencia le hace esconderse en el fondo del agua, camuflándose hasta que sus presas se acercan lo suficiente como para aspirarlas y tragárselas de una sentada. Pero tienen diferencias en las variaciones de color en la piel y el caparazón, así como otras características morfológicas que diferencian a las matamata del Orinoco, de las del Amazonas. Esas observaciones de sus diferencias son, además, las que dieron lugar a que los investigadores emprendieran este estudio.