Durante años, las tortugas marinas han fascinado a la comunidad científica debido a sus impresionantes habilidades de navegación.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Nature reveló que las tortugas bobas (Caretta caretta) no sólo utilizan el campo magnético de la Tierra para desplazarse, sino que también memorizan señales específicas asociadas con ubicaciones geográficas donde anteriormente encontraron alimento.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad Texas A&M, Estados Unidos, sometieron a algunos ejemplares pequeños a pruebas de acondicionamiento y mostraron una respuesta inesperada. Al ser expuestas nuevamente a los campos magnéticos de sus áreas de alimentación, desarrollaron un comportamiento similar a un “baile”, pues movían sus aletas y cuerpos en anticipación a la comida.
Según los autores del presente trabajo, titulado “Learned Magnetic Map Cues and Two Mechanisms of Magnetoreception in Turtles”, dicha capacidad podría ser la base de la fidelidad a ciertos sitios de alimentación durante su vida adulta. Lo anterior también podría sugerir que las tortugas marinas, al menos las bobas, tienen la capacidad de aprender y recordar firmas magnéticas específicas de lugares a lo largo del tiempo, que podría ser un aspecto clave para su supervivencia.
“Probablemente, estos animales conservan la información durante toda su vida, lo cual les permite regresar a los mismos sitios de alimentación después de varios años de migración”, comentó la Dra. Kayla Goforth.
“A futuro, planeamos investigar si otros factores ambientales pueden afectar la capacidad de las tortugas para utilizar su `superpoder´ magnético”, confirmó.