El pasado domingo 14 de julio, nació en una granja experimental de Madrid el primer cordero español genéticamente modificado.
Llamado “Teodoro”, este ejemplar recibió su nombre en homenaje a Teodoro Álvarez, un fallecido pastor de ovejas, quien también era abuelo de uno de los líderes del proyecto, el veterinario Pablo Bermejo Álvarez.
Durante su desarrollo, el equipo científico cambió el ADN del cordero para eliminar una proteína potencialmente implicada en el reconocimiento del espermatozoide por parte del óvulo. Los autores creen que puede ser clave en casos de infertilidad, tanto en mujeres como en animales de granja.
Según cuenta Bermejo, todo empezó cuando él y sus colegas buscaron óvulos en un pequeño matadero del pueblo de Mondéjar, cerca de la ciudad de Guadalajara. Allí se suelen sacrificar ovejas reproductoras por el denominado rito halal, es decir, con un corte en la garganta, para después vender la carne en el mercado musulmán.
Tras comprar cierta cantidad de semen, producido por un macho de raza churra, obtuvieron el embrión de “Teodoro”, genéticamente modificado mediante la técnica CRISPR, descubierta en 2012 por la bioquímica francesa Emmanuelle Charpentier y la química estadounidense Jennifer Doudna.
Hoy día, el cordero se pasea con libertad por la granja donde nació, la cual pertenece al Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria.
Cabe mencionar que en España, la modificación genética de embriones de animales de granja es una práctica habitual en diferentes laboratorios, sobretodo tras el éxito de la revolucionaria técnica de edición CRISPR. Sin embargo, pocas veces los encargados intervienen el útero de una madre para que suceda un nacimiento.