Desde hace cientos de años, existe un virus que ataca a las orugas de una forma similar a lo que vimos en series como “The Walking Dead” o videojuegos como “The Last of Us”.
El nucleopolyhedrovirus, mejor conocido como NPV, provoca en los insectos una enfermedad denominada como “Tree-top disease” (enfermedad de la cima de los árboles”), la cual, a su vez, tiene que ver con la fototaxia, habilidad de las células para realizar movimientos orientados hacia fuentes de luz.
Como sabemos, las orugas suelen posarse en las plantas para llevar a cabo la pupación, un estado que forma parte de la metamorfosis. Sin embargo, un ejemplar infectado por este virus subirá hasta lo más alto de las hojas para morir ahí. En otras palabras, el virus “convence” al anfitrión de morir, tal y como lo haría un zombi, cuya forma de comportarse ya no le pertenece.
Al respecto, científicos de la Universidad de Agricultura de China se dieron a la tarea de averiguar cómo es que trabaja la fototaxia cuando los virus atacan a las orugas Helicoverpa armigera, lo anterior a través de una serie de experimentos.
Los resultados, publicados este martes en la revista Mocular Ecology, determinaron que el VPN induce la fototaxis en las larvas al “secuestrar” la percepción visual del anfitrión y provoca que comiencen a trepar, lo que causa que éstas mueran a alturas elevadas.
Pero, ¿de qué le sirve al virus que su anfitrión suba hasta lo más alto en busca de luz? Según los expertos, no se sabe a ciencia cierta. No obstante, tienen la hipotesis de que en las alturas, dicho virus cuenta con más posibilidades de propagarse, ya sea con la ayuda del viento o cuando las orugas son consumidas por algún depredador.