No hay duda. La pesca ilegal desmedida llevó a la vaquita marina (Phocoena sinus) al borde de la extinción. Y es que la falta de regulación en el Golfo de California, al norte de nuestro país, dejó a esta especie completamente desprotegida.
Al tratarse del mamífero marino más pequeño del mundo, las vaquitas marinas son particularmente susceptibles a enredarse en las redes de pesca industrial. Pese a que no se logró estudiar con detenimiento hasta finales de la década de los 50, esta especie se convirtió en la más amenazada en menos de un siglo.
Sin embargo, una nueva esperanza ha aparecido.
Hoy en día, debido a la intensa actividad pesquera ilegal entre los Puertecitos de Baja California y Puerto Peñasco en Sonora, tan sólo quedan 10 ejemplares a nivel mundial.
No obstante, un nuevo estudio de la Universidad de California, Estados Unidos, afirma que la vaquita marina podría restituirse gracias a la reproducción controlada.
El equipo de científicos americanos, liderado por Jacqueline Robinson, se dio a la tarea de recolectar 20 genomas de vaquita marina. Específicamente de animales que murieron entre 1985 y 2017, con el propósito de analizar el caso desde el punto de vista evolutivo.
A partir de los resultados, los expertos llegaron a la conclusión de que, a través del tiempo, los genes de estos ejemplares son “extremadamente similares” a los que todavía viven en la actualidad.
En ese sentido, los investigadores coincidieron en que ofrecer alternativas de redes a las comunidades locales es una necesidad urgente, sobretodo para evitar que más vaquitas queden atrapadas y mueran.
Aún así, la especie enfrenta serios obstáculos para poder restablecerse a niveles aceptables. El más importante de ellos tiene que ver con el gobierno mexicano, el cual, en julio de 2021, “relajó” las medidas de protección para la especie en el Golfo de California.
“De no restringirse este paso a la pesca industrial, la vaquita marina mexicana difícilmente llegará a la próxima década”, lamentó Robinson.