Una de las creencias populares más repetidas del mundo animal es que los elefantes tienen una memoria bastante buena. Si bien muchas personas se mostraban un poco incrédulas ante tal afirmación, la ciencia acaba de corroborar que, en realidad, esta especie resulta capaz de retener detalles como parte de su evolución.
En general, los paquidermos, entre los que se encuentran rinocerontes, hipopótamos y por supuesto elefantes, evolucionaron para recordar detalles que son clave para su supervivencia. Tal es el caso de los elefantes africanos (Loxodonta africana), que logran guiarse por esta capacidad para volver sobre sus pasos a fin de hallar pozos en la árida sabana e incluso distinguir a los miembros de su manada.
“Ser capaces de buscar comida y agua suficientes en un entorno tan dinámico como la sabana, al tiempo que se gestionan complejas relaciones y se evita el riesgo de depredación, requiere un cerebro apto para procesar y recordar información detallada”, explica para la revista Live Science Graeme Shannon, profesor de zoología en la Universidad de Bangor, Reino Unido.
“Se trata de una habilidad crítica, que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte”, asegura.