Camina por las zonas más frías de Asia Central, pues su espeso pelaje le permite soportar las bajas temperaturas. En tanto, su cara pareciera de pocos amigos y suele vivir apartado de todo contacto humano.
Hablamos del manul (Otocolobus manul), un felino “enojado” de cuerpo robusto, pelaje gris claro con algunas rayas tenues y que recientemente se descubrió que es capaz de habitar en lo más alto del Monte Everest, Nepal.
Como mencionamos al principio, esta especie prefiere evitar a las personas, por lo que seguir su rastro resulta muy difícil de seguir. Ante esta situación, un grupo de científicos decidió analizar muestras de heces fecales, las cuales se encontraron en diversas zonas del Parque Nacional de Sagarmatha.
Una vez en el laboratorio, la doctora Tracie Seimon y sus colegas identificaron partículas pertenecientes al pika y una comadreja de montaña, especies que conforman la dieta principal del manul.
Gracias a esta información, el equipo amplió el rango del felino al este de Nepal, al mismo tiempo de agregar un nuevo individuo a la lista de mamíferos conocidos en Sagarmatha.
“Fue fenomenal descubrir más pruebas de esta rara y notable especie en la cima del mundo. Este hallazgo ilumina la rica biodiversidad de este remoto ecosistema alpino”, comentó Seimon.
También conocido como gato de Pallas, hoy en día el manul está legalmente protegido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), y desde el año 2012 existe el denominado Grupo de Trabajo del gato de Pallas, una red conformada por 30 expertos internacionales que tiene como objetivo unir esfuerzos a fin de estudiar y conservar a este espécimen.