Las arañas saltarinas (Salticidae) son insectos que se mueven lento y con suavidad. Sin embargo, a pesar de su pequeño cuerpo, figuran entre los ejemplares más ágiles, ya que pueden saltar varios metros de distancia. Ahora, además de ser unas auténticas acróbatas, parece que también son capaces de soñar tal y como lo hacemos nosotros los seres humanos.
Así como lo lees. Un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science asegura que estos arácnidos pueden experimentar imágenes vívidas al dormir.
Lo anterior se debe, en gran parte, a que las arañas saltarinas han desarrollado retinas movibles. Por lo cual, un equipo de investigadores de Harvard registró en un entorno controlado cómo es que estos insectos mueven los ojos muy rápidamente al momento de descansar.
“Nuestros resultados han revelado que los episodios de movimiento retiniano observados fueron consistentes, incluidas aquellas duraciones e intervalos regulares, y ambos aumentaron en el transcurso de la noche”, escribieron los autores.
“El hecho de que estos comportamientos característicos del sueño REM existan en un linaje altamente visual y divergente desafía, aún más, nuestra comprensión de este estado de sueño”, continua.
Al movimiento que los científicos registraron se le conoce como REM (Rapid Eye Movement, por sus siglas en inglés), el cual se traduce como un movimiento ocular rápido.
Durante siglos, la mirada antropocéntrica que ha tenido la ciencia sobre otras especies ha sesgado la investigación sobre el comportamiento de los animales. Y es que bajo la creencia de que sólo los seres humanos podemos pensar y percibir el mundo como seres sensibles, gran parte del conocimiento que se tiene actualmente en torno al lenguaje y la cognición se enfocó únicamente en nosotros.
Hoy en día, sin embargo, ya existe evidencia de que, además de nuestra especie, otras pueden soñar, tal y como lo hacen las arañas saltarinas.
“Sus patitas, hileras y abdómenes se contraían, o sus piernas se enroscaban en lo que parecía ser una postura defensiva”, documenta el artículo.
Dicho comportamiento, concluye, podría arrojar nueva información relacionada a la evolución y función del sueño REM.