La siguiente pregunta parece una leyenda urbana de la madre naturaleza: ¿es verdad que las abejas mueren después de picar a alguien?
Para empezar, es importante tomar en cuenta el hecho de que actualmente habitan alrededor de 20 mil especies alrededor del mundo, y no todas pican. Sin embargo, aquellas que lo hacen, se exponen a un daño cuando insertan su aguijón en la piel de una persona o cualquier otro ser vivo.
“Existe un grupo de abejas llamadas `abejas sin aguijón´ (tribu Meliponini), así como las abejas mineras (familia Andrenidae), que sí tienen aguijones, pero son tan pequeños que en su mayoría resultan ineficaces”, explica Allyson Ray, profesora de Biociencias Moleculares Celulares e Integradoras en la Universidad de Penn State, Estados Unidos.
Pero, ¿qué ocurre con las abejas que pican? ¿qué le permite a algunas sobrevivir después de soltar su aguijón y que hace que otras mueran?
“Los ejemplares melíferos suelen morir por picar a seres humanos y otros mamíferos. Esto se debe a la anatomía de su aguijón, el cual tiene púas que se enganchan en la piel, lo que permite que esta parte permanezca en su sitio y continúe bombeando veneno hacia el desafortunado receptor de la picadura”, responde la experta.
Debido al grosor de la piel humana, añade, los aguijones se quedan alojados en ella, situación que provoca que cuando el insecto se aleja de la persona sus órganos son arrancados, destruyendo al ejemplar en el acto. Eso sí, la abeja no muere de forma instantánea, ya que puede vivir algunas horas más tras la picadura hasta la pérdida de fluidos y fallo de los órganos internos.
En cambio, Ray detalla que las abejas melíferas no fallecen cuando pican a otros insectos o arañas durante una invasión en su colmena. Lo anterior se debe a que el aguijón suele ser capaz de perforar el exoesqueleto delgado de un insecto y puede extraerse sin sufrir daños letales.