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Publicado en VIDA SALVAJE

La ciencia le pone fin al mito del “tiburón asesino”; mordeduras son reflejo de autodefensa

Miércoles, 30 Abril 2025 00:01 Escrito por 
La realidad de este gran pez es que se desplaza por los océanos de manera sigilosa, tímida y que en raras ocasiones caza en manada La realidad de este gran pez es que se desplaza por los océanos de manera sigilosa, tímida y que en raras ocasiones caza en manada

Desde hace décadas, la creencia popular los retrata como “asesinos en serie” del mar; sin embargo, la mala fama de los tiburones resulta desproporcionada en relación con la cantidad de ataques que perpretran contra los seres humanos.

Según estadísticas, cada año se suelen registrar unas 100 mordeduras, de las cuales, el 10% son mortales. Este escenario dista mucho a lo visto en el clásico de 1975 “Tiburón” (Jaws), de Steven Spielberg, el cual acrecentó un estigma injusto que todavía se arrastra en la actualidad.

Temidos por un considerable sector de la población, la realidad de este gran pez es que se desplaza por los océanos de manera sigilosa, tímida y que en raras ocasiones caza en manada, no sólo muerde por defender su territorio y competir con sus similares. El instinto de supervivencia es otro factor adicional: son las dentalladas en legítima defensa vinculadas a una acción anterior cometida por una persona, que el animal interpreta como una agresión.

A esta conclusión llegó un estudio del investigador Eric Clua, de la Universidad París Ciencias y Letras (Francia), quien en este nuevo análisis comparó observaciones mundiales y otras realizadas en la Polinesia Francesa, lugar que destaca por su abundante vida marina.

Para el autor, la autodefensa es una variable poco estudiada que puede llegar a provocar la mordedura de un tiburón. En estos casos, las lesiones son superficiales, porque el ejemplar no busca alimento, sino su propia protección; aunque violenta, no es letal.

“Las mordeduras en busca de alimento se caracterizan por una extracción significativa de carne y una alta mortalidad debido a las hemorragias”, indica Clua.

“Sea de forma intencionada o no, las personas son responsables de estos ataques, incluso por el simple hecho de nadar en el mar, que es el reino de los tiburones”, afirma.

Durante su investigación, Clua y el resto del equipo involucrado compararon las mordeduras de tiburón registradas en la base de datos de los Archivos Globales de Ataques de Tiburón desde 1863. Decidieron centrarse en aquellas relacionadas con actividades que podrían acercar a personas y animales, y que se diferenciaron entre provocadas y no provocadas.

Los hallazgos, publicados en la revista Frontiers in Conservations, arrojaron que un total de 322 mordeduras ocurridas a nivel mundial pudieron haber sido motivadas por la autodefensa, con una tasa de letalidad del 3.2%.

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