Un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports ha analizado las especies de Halobates hayanus y Halobates germanus, descubriendo que la clave de la capacidad de estos insectos para desplazarse muy rápidamente sobre la superficie del agua radica en su recubrimiento ceroso y sus pequeños pelos.
En el océano, estos insectos tienen muchos adversarios con los que lidiar, desde rompeolas, hasta sistemas climáticos adversos, aves y peces depredadores, así como la radiación ultravioleta del sol. Para sobrevivir a todo esto, han adaptado una composición anatómica especializada que los ayuda a sobrevivir.
Los expertos utilizaron equipos de imágenes de alta resolución, incluyendo videografía ultrarrápida y microscopía electrónica, para observar más de cerca los pelos del insecto, descubriendo que sus formas, longitudes y diámetros varían a todo lo largo y ancho de su cuerpo.
También descubrieron que los insectos iban un paso más allá de caminar sobre el agua: estaban más cerca de flotar en el aire que de caminar. En su estado de reposo, menos del 5% de la superficie total de sus patas está en contacto con la superficie del agua.
Sus superpoderes no se acaban aquí. Al despegar de la superficie del agua, se observó que Halobates germanus acelera a alrededor de 400m/s2, más de 100 veces la velocidad de Usain Bolt, quien registró unos 3m/s2. En defensa de Bolt, esta hazaña se ve facilitada por el pequeño tamaño del insecto, pero también por la forma en que usa el agua a su favor, como si de un trampolín se tratara, rebotando en la superficie para impulsar su salto.