Hace aproximadamente 6 millones de años, el último panda gigante europeo rodó, de forma divertida, a través de los humedales boscosos de Bulgaria.
De acuerdo con un grupo de expertos internacionales, esta especie pudo lucir tan adorable como los ejemplares actuales que viven en China. Sin embargo, su extinción nos impidió conocerlo.
“A pesar de que no se trata de un ancestro directo del género moderno del panda gigante, es su pariente cercano”, explica el profesor del Museo Búlgaro de Historia Natural, Nikolai Spassov.
“Este descubrimiento muestra lo poco que aún sabemos sobre la naturaleza antigua y demuestra que los descubrimientos en paleontología pueden conducir a resultados inesperados”, asegura.
A través de un análisis de dientes fosilizados en 1970, Spassov y el resto de científicos determinaron que una de las diferencias halladas entre ambas especies es la alimentación: mientras el panda asiático actual tiene una dieta basada en bambú, el ejemplar que habitó en Europa solía nutrirse de plantas blandas.
De acuerdo con el artículo publicado en la revista Journal of Vertebrate Paleontology, la dieta vegetariana del panda gigante europeo, también conocido como Agriarctos nikolovi, podría tener relación con que compartió su entorno con otros depredadores.
“La posible competencia con otras especies, especialmente carnívoras, explicaría la especialización alimentaria más cercana de los pandas gigantes con los alimentos vegetales”, apunta Spassov.
En cuanto a su extinción, el experto tiene varias hipótesis, entre ellas la del cambio climático en el sur de Europa al final del Mioceno, el cual pudo haber tenido un efecto adverso en la existencia del panda gigante europeo.
“Probablemente, la desaparición del Agriarctos nikolovi estuvo relacionada con la llamada `crisis de salinidad de Messiniense´, evento en el que la cuenca del Mediterráneo se secó y alteró el entorno terrestre”, concluye.