El vuelo de los colibríes resulta tan fascinante como misterioso. Y es que estas aves tienen habilidades que ninguna otra posee: pueden volar a gran velocidad en todas las direcciones o quedarse suspendidas en un mismo punto.
Sin embargo, pese a ser grandes aeronautas, han perdido la capacidad de plegar sus alas a la altura de las “muñecas” y “codos”, por lo que no pueden suspender su vuelo.
Entonces, ¿cómo logran deslizarse a través de pequeños espacios para refugiarse o conseguir alimento en lugares de difícil acceso? La respuesta la obtuvo un grupo de investigadores tras detectar las estrategias que aplican estos animales.
En un artículo publicado por la revista Journal of Experimental Biology, los autores explicaron que para colarse entre la vegetación, los colibríes giran sus cuerpos a fin de volar de lado mediante el hueco o bien mantienen sus extremidades contra el cuerpo y se disparan como una bala.
Para llegar a esta conclusión, Marc Badger, líder del equipo e investigador de la Universidad de California, Estados Unidos, junto a sus colegas instalaron una pista de vuelo con huecos más pequeños que la medida de los ejemplares con las alas extendidas. Luego, diseñaron un brazo robótico, el cual lanzaba arena a los especímenes para obligarlos a atravesar dicho hoyo y recibir néctar como recompensa.
De esta forma, pudieron registrar en video la entrada de los colibríes y detectar sus planes de vuelo en cámara lenta.