El ciempiés gigante peruano de patas amarillas (Scolopendra gigantea) impresiona por su tamaño, que puede superar los 30 centímetros de largo. Impresiona por sus garras afiladas, que inyectan un poderoso veneno. E impresiona por sus métodos de caza, especialmente cuando se trata de atrapar murciélagos desde el techo de una cueva.
Es uno de los centípodos más grandes, capaz de atrapar a presas mucho más grandes que él, desde otros ciempiés hasta mamíferos.
Nervioso y agresivo, sus patas están adaptadas para moverse rápidamente durante la caza. Su cabeza está cubierta por una suerte de escudo plano y cuenta con un par de antenas. Un par de sus patas acaban en unas afiladas garras que utiliza para defenderse y para cazar.
Para capturar a los murciélagos, el ciempiés gigante sube hasta el techo de la cueva y se mantiene colgado por unas pocas patas. Cuando un murciélago pasa volando lo suficientemente cerca, el ciempiés lo atrapa con sus garras y es capaz de soportar el peso de ambos mientras lo devora.