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Publicado en VIDA SALVAJE

Durante siglos se creyó que las aves migraban a la luna, pero una flecha reveló la verdad

Viernes, 18 Julio 2025 00:01 Escrito por 
Una de las teorías más aceptadas era la de Charles Morton, académico de Harvard Una de las teorías más aceptadas era la de Charles Morton, académico de Harvard

Cada primavera, diferentes especies de aves, como las golondrinas o las cigüeñas, regresan a casa para anidar después de un largo invierno. Precisamente, fue durante uno de estos periodos de migración cuando, en un hallazgo insólito, una persona encontró a un ejemplar con el cuello atravesado por una flecha de 80 centímetros de largo.

El hecho ocurrió en 1822 en una ciudad alemana. En aquel momento, significó un suceso tan revelador que, más allá de quedar como una simple anécdota, se convirtió en la prueba clave para entender por qué muchas aves desaparecían durante el invierno.

Si bien para nosotros este fenómeno ya no es un misterio, el descubrimiento es más reciente de lo que parece. Durante siglos, la gente desconocía por qué las aves se iban en otoño para reaparecer en primavera; dicho de otra forma, los procesos migratorios resultaban incomprendidos, pues la idea de que hasta las especies más pequeñas pudieran recorrer miles de kilómetros sin detenerse era difícil de aceptar sin pruebas claras, por lo que sólo existían hipótesis sobre tal comportamiento.

Una de las teorías más aceptadas era la de Charles Morton, académico de Harvard, quien en el siglo XVII propuso que las aves efectivamente migraban, pero con destino a la Luna. De hecho, existian cálculos que el viaje a nuestro satélite natural tardaba un mes de ida y otro de vuelta.

Sin embargo, el flechazo estableció la idea de que estos animales voladores viajaban a diferentes lugares de la Tierra, especialmente durante el invierno.

Y es que tras analizar el arma, expertos de la Universidad de Rostock (Alemania) concluyeron que pertenecía a un grupo tribal del centro de África, y como era prácticamente imposible que alguien lanzara un proyectil así en suelo europeo, se dedujo que la cigüeña había recorrido más de 3 mil kilómetros desde África, donde había sobrevivido el invierno, hasta el país teutón.

Cabe mencionar que el cuerpo del ave recibió el nombre de “Pfeilstorch”, y fue disecado y conservado en la Colección Zoológica de la mencionada institución, con el objetivo de reconocer su aportación al mundo de la ciencia y la ornitología.

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