Un equipo de científicos estudió el hábitat del vari negro y blanco y del vari rojo (vareciavariegata y varecia rubra). Estas especies están clasificadas en peligro, al igual que otras muchas especies de lémures.
Primero modelizaron la evolución de la cobertura forestal según diferentes escenarios de deforestación, teniendo en cuenta que la isla ha perdido el 44% de su cobertura forestal desde los años 1950.
También evaluaron el impacto del calentamiento climático en el bosque, igualmente según diferentes escenarios de análisis de emisiones de gas con efecto invernadero. A partir de esos datos, evaluaron las zonas que quedarían habitables para los varis, con una hipótesis catastrófica en que la combinación de los peores escenarios podría acarrear una caída dramática del 95% de las zonas habitables de aquí a 2070.
Sólo la deforestación podrá reducir el hábitat de los lémures en un 30%. Asimismo, los efectos del cambio climático podrían reducirlo entre un 14% y un 75%, según las hipótesis.
Además, la desaparición de esos lémures “extremadamente sensibles a una degradación de su hábitat”, “tendría probablemente efectos en cascada sobre la estructura y la integridad del resto del bosque”. Ya que, desempeñan un papel clave en la reproducción de varios tipos de especies vegetales, según los autores.