La filósofa francesa, Simone de Beauvoir, solía decir que “las mujeres no nacen, se hacen”. Una de las críticas más ácidas que se hizo desde el punto de vista materialista-biológico a la reconstrucción humana, es justamente ese: que las diferencias entre el sexo masculino y femenino se aprecian a nivel reproductivo.
En ese sentido, las mujeres son las únicas capaces de concebir y llevar el proceso de gestación en el vientre de manera exitosa; sin embargo, parece que China está a punto de desmentir este dogma científico con la experimentación de embarazos masculinos en ratas de laboratorio.
Resulta que un equipo de científicos ha desarrollado un nuevo modelo de embarazo. La diferencia con procesos experimentales anteriores, es que en esta ocasión se probó en machos. A partir de estos esfuerzos dentro de un entorno controlado, 10 crías de rata han nacido exitósamente vía cesárea.
Para lograrlo, los investigadores llevaron a cabo una serie de cirugías para producir, lo que ellos denominan, “un par parabiótico heterosexual” al unir una rata macho castrado y una hembra. Tras un periodo de 8 semanas, los embriones generados se injertaron en un útero femenino; posteriormente, el procedimiento culminó en una cesárea el día embrionario 21. Según reportaron medios locales, para que dicho método sea efectivo fue necesario cocer a los ratones macho a cuerpos de hembras vivas.
A pesar de los resultados tan favorables de la investigación, los procedimientos han generado fuertes oleadas de polémica bioética. Y es que en la concepción original de lo que la palabra maternidad significa, no cabe la posibilidad de que existan embarazos masculinos.
Finalmente, aunque la tasa de éxito fue muy baja, un total de 10 ratas lograron desarrollarse con éxito y crecer hasta la edad adulta. Gracias a estos resultados, los científicos chinos ya se plantean la posibilidad de ofrecer estas técnicas de gestación hacia otras especies. Quizá en un futuro no tan lejano, ésta podría aplicarse también a los seres humanos.