La cueva de Postojna, localizada a una hora de la capital de Liubliana, capital de Eslovenia, esconde en su interior unas pequeñas especies llamadas “crías de dragón”, las cuales son la nueva sensación en el país europeo.
Este lugar es conocido por los lugareños desde hace siglos, así lo evidencian las pinturas fechadas del año 1213. A lo largo de sus 24 kilómetros de longitud de cámaras y túneles, se pueden recorrer y visitar mediante una línea de tren emblemáticos lugares como la sala Congress Hall; un puente construído por los prisioneros de la Primera Guerra Mundial; y un montón de acantilados y desfiladeros subterráneos.
Sin embargo, la nueva y principal atracción de este lugar se encuentra en lo más profundo de la cueva de Postjona. Allí, habita una especie de salamandra ciega, también conocida como olms, que no vive en ningún otro lugar del planeta.
Con apenas 25 centímetros de largo, estos animales nunca llegan a desarrollarse más allá de su etapa juvenil y acuática. Gracias a esta característica, los habitantes de Postjona los bautizaron como “crías de dragón”.
“Es el más grande entre los animales que habitan estos lugares y el único vertebrado en Europa estrictamente ligado a hábitats de cuevas. Los olms están completamente adaptados a la vida en la oscuridad, suelen alimentarse de crustáceos, gusanos y caracoles. Lo más increíble de todo es que pueden llegar a vivir hasta 100 años e incluso, pasar varios de ellos sin comer”, explica el sitio web de la cueva de Postjona.
Para el estudio de la especie, la cueva cuenta en su interior con un laboratorio en donde diariamente analizan y mantienen hasta 10 “crías de dragón”.
Según sus investigaciones, el ADN de estos ejemplares es hasta 16 veces más largo que el de los seres humanos, por lo que hasta ahora sigue siendo todo un misterio diferenciar entre machos y hembras.