El perro salvaje africano es conocido con muchos nombres, incluido el de "perro cazador del Cabo" o "perro pintado". Su nombre científico, Lycaon pictus, significa "lobo pintado", en referencia a su pelaje irregular y moteado, que presenta parches color rojo, negro, marrón, blanco y amarillo. Cada individuo posee su propio patrón de pelaje único, y tienen orejas grandes y redondeadas.
Estos caninos de patas largas tienen sólo cuatro dedos en cada pata, a diferencia de otros perros que tienen cinco en las patas delanteras.
Generalmente deambulan por las llanuras y bosques dispersos del África subsahariana. Sus poblaciones más grandes se pueden encontrar en Botswana, Zimbabwe, Namibia, Zambia, Tanzania y Mozambique.
Los perros salvajes africanos cazan en formidables grupos cooperativos de 6 a 20 (o más) individuos. Grupos más grandes eran comunes antes de que los perros se pusieran en peligro. Cazan antílopes y también se enfrentan con presas mucho más grandes, como los ñus, particularmente si su presa está enferma o lesionada. Complementan su dieta con roedores y pájaros.
En la medida e que los asentamientos humanos se han expandido, los perros desarrollaron gusto por el ganado, aunque el daño significativo es raro y la mayoría de ellos prefieren presas salvajes.
Desafortunadamente a menudo son cazados y asesinados por granjeros que temen por su ganado. También están amenazados por la reducción del espacio para deambular en territorio africano, por lo que se considera a esta especie en peligro de extinción.