Unos investigadores suecos usaron una base de datos de 35.035 gemelos idénticos y fraternos nacidos entre 1926 y 1996. Con registros del gobierno y de clubes caninos reunieron información acerca de si tenían perros.
Los gemelos idénticos, que comparten el cien por ciento de sus genes, son genéticamente más parecidos que los gemelos fraternos, quienes comparten solo el 50 por ciento. Los gemelos comparten el mismo entorno, así que, si un rasgo es genético, los gemelos idénticos se parecerán más respecto de ese rasgo que los gemelos fraternos.
El estudio, publicado en Scientific Reports, halló que si una gemela idéntica tenía un perro, había una probabilidad del 40 por ciento de que su gemela también tuviera uno, en comparación con la probabilidad del 25 por ciento de las gemelas fraternas. Cuando un gemelo idéntico tenía un perro, había una probabilidad del 29 por ciento de que su gemelo también tuviera uno, en comparación con tan solo el 18 por ciento para los gemelos fraternos.
En otras palabras, el hecho de tener un perro responde en gran medida a un componente genético. Los científicos calculan que la genética es responsable por el 57 por ciento de las mujeres que tienen perros y por el 51 por ciento de los hombres.
“A algunas personas les gustan los perros, y a otras no”, dijo el autor principal, Tove Fall, profesor de Epidemiología Molecular en la Universidad de Uppsala. “Y nuestros hallazgos sugieren que los factores heredados quizá expliquen la diferencia”.
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