Las olas de calor actuales, cada vez más frecuentes y más fuertes alrededor del mundo, están poniendo en riesgo a los paneles solares, una solución energética que busca mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, el aumento de las temperaturas a nivel global plantea dudas sobre la eficiencia y la capacidad de estos dispositivos para manejar la situación.
Y es que los paneles solares mantienen un delicado equilibrio con el calor. Si bien estos módulos dependen de los rayos del Sol para generar energía, el aumento de temperatura puede llegar a comprometer su capacidad de funcionamiento.
Resulta que por cada grado adicional de temperatura, los paneles solares tienden a perder entre un 0.05% y un 0.34% de eficiencia. Lo anterior significa que durante días de calor extremo, es posible que la producción de energía solar se vea significativamente reducida.
Según los expertos, este efecto se produce cuando los electrones presentes en el semiconductor de la placa ya se encuentran en estados de alta energía, situación que requiere más energía externa a fin de generar corriente eléctrica. Como consecuencia, la eficiencia de los paneles solares podría disminuir hasta en un 25% en días de calor extremo.
Pero, ¿qué tan significativa es esta pérdida de eficiencia para el futuro de la energía solar? De acuerdo con los mismos especialistas, si bien la pérdida de eficiencia representa hoy día un desafío real, no es una amenaza existencial para la industria, pues las altas temperaturas sólo afectan marginalmente al producto total de la energía solar. A pesar de ello, aquellos días soleados y calurosos continuarán siendo productivos en términos energéticos.