Compartir casa con una mascota es algo que habitualmente no suele ser noticia. Sin embargo, la situación cambia un poco cuando tu animal de compañía es un cocodrilo de más de dos metros de largo.
Una familia de Japón compró hace casi 40 años un cocodrilo, a petición de uno de los hijos del matrimonio. Nobumitsu Murabayashi, padre de familia, adquirió el ejemplar en una tienda de mascotas, pero es seguro que no imaginaba que se convertiría en uno más de ellos.
El ejemplar, de 2.07 metros y 45 kilogramos de peso, es, según su propietario, inofensivo y asegura que nunca lastimaría a nadie. Caimán-san, como se llama este gentil animal, pasea por las calles junto con su dueño y permite que los pequeños se acercan a él e incluso se le suban.
En 2016, Nobumitsu Murabayashi explicó a Caters News: "Nunca pensé que llegaría a ser tan grande. Han pasado 34 años desde que lo conseguí. Intento comunicarme con él a través de acciones como cepillarle los dientes".
Nobumitsu contó que, en una ocasión, el caimán mordió a su hijo, pero en vez de sacrificar al animal, decidió darle otra oportunidad y jamás ha vuelto a repetir la acción. Nobumitsu tiene un permiso para poder sacar al animal de paseo, que lo hace responsable de los actos del animal en caso de que este ataque a alguien.
El amor de esta familia por su animal de compañía es más que evidente y es seguro que no lo cambiarían por ningún otro animal en el mundo. Esto, aunado a la capacidad de perdonar por parte de su dueño, convierte a Nobumitsu en un ser extraordinario o en un gran inconsciente, juzguen ustedes mismos.