El derrame de petróleo ocurrido el fin de semana pasado en una refinería operada por Repsol, una empresa multinacional española, al norte de Lima ha dejado playas negras, animales muertos y “el peor desastre ecológico” producido en la capital peruana en las últimas décadas, afirmó el Gobierno local.
Este suceso alcanzó los 6 mil barriles de petróleo, afectando a más de 18 mil metros cuadrados de mar y costas pertenecientes a la provincia de Callao.
Según distintos grupos ambientalistas, los trabajadores contratados por Repsol han llegado a la zona del derrame con modestos equipos de trabajo y sin instrucciones claras de qué hacer con el petróleo que se pega a las rocas y continúa llegando a la arena.
“Hemos visto a trabajadores de Repsol recogiendo la espuma negra con petróleo que viene del mar y metiéndola en agujeros cavados en la arena. Yo no entiendo cómo están permitiendo que se haga algo así”, aseguró Daniel Olivares, director general de la organización Oceana Perú.
Ante esta situación, activistas, organizaciones y voluntarios se han repartido entre las zonas afectadas para llevar a cabo labores de rescate y limpiar las playas del petróleo.
“Estamos ante un escenario lamentable. Intentamos ayudar a los animales con la respiración y practicar primeros auxilios, pero no resisten, están muertos, llenos de petróleo”, lamentó por su parte Virgo Gálvez, miembro de la asociación Colitas Felices.
Mediante su cuenta de Twitter, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú aseguró que el derrame de petróleo de Repsol es “el peor desastre ecológico ocurrido en Lima durante las últimas décadas”, y ha ocasionado graves afectaciones a cientos de familias que se dedican a la pesca.
Mientras que el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, señaló que “el Estado debe exigir de inmediato a Repsol que brinde las soluciones y reparaciones correspondientes al daño causado hacia el medio ambiente y recursos naturales”.
En ese sentido, el Ministerio de Ambiente adelantó que la multa a la empresa española podría ascender a los 138 millones de soles (33 millones de dólares, aproximadamente), y confirmó que el derrame “es mucho más grave de lo que inicialmente se reportó”.