México no está haciendo lo suficiente para cumplir con sus compromisos ante el acuerdo de Paris, cuyo objetivo global es mantener el incremento de la temperatura de la tierra por debajo de los dos grados centígrados, respecto de los niveles preindustriales y buscar esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 grados.
Si bien es uno de los países del G20 que en 2021 espera tener un mayor declive en la emisión de gases de efecto invernadero, con una disminución de hasta 12%, si se analizan las emisiones del país en los últimos años, se observa que éstas han mantenido una tendencia al alza, con un incremento de 63% entre 1990 y 2017, registrando en ese último año 742 millones de toneladas de dióxido de carbono-equivalente, lo que posiciona a México, lejos de la trayectoria de emisiones requeridas para alcanzar el escenario de 1.5% grados, señalado en el Acuerdo de París.
Mariana Gutiérrez, integrante de Iniciativa Climática de México (ICM), planteó que, incluso, cumpliendo con el nivel de ambición (metas) de los compromisos climáticos de México presentados en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CND) de 2016, ya que éstas deberían estar en alrededor de 340 millones de toneladas de dióxido de carbono-equivalente, lo que, en caso de no lograrlo, haría aún más difícil alcanzar el nivel de emisiones necesaria para 2050.
Eso coincide con otros análisis que indican que las metas de México, contenidas en las CND de 2016, no se encuentran en la trayectoria de 1.5 grados y también señalan que existe bastante espacio para aumentar la ambición y alinear las emisiones a un escenario de 1.5 grados centígrados.
Para ello, según la integrante ICM, que es una organización de la sociedad civil especializada en temas de mitigación de cambio climático, las emisiones de dióxido de carbono deberían de estar 45% debajo de los niveles de 2010 y alcanzar las emisiones netas cero al 2050.
La especialista indicó que, si hacemos un acercamiento a las emisiones de dióxido de carbono vinculadas a la energía, notamos que el declive de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que muestra México puede ser temporal, debido al apoyo sostenido que se les ha dado a los combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas.
En ese sentido, llamó la atención en que la distribución sectorial de las emisiones se ha mantenido constante durante la última década, aunque ha tenido una ligera disminución en las emisiones en los últimos dos años.
De acuerdo con la experta, las principales emisiones de GEI son las de dióxido de carbono, que resultan de los procesos de combustión y, en el caso de México, el transporte y la generación de electricidad contribuyen con 35% y 27% de las emisiones, respectivamente.
Por eso considera que, en el caso del compromiso para el retiro del carbón de la matriz energética, como se ha planteado el G20, México camina en sentido opuesto.