Actualmente, las toallitas húmedas son utilizadas con más frecuencia debido, principalmente, a la contingencia sanitaria por la que atravesamos, pues ayudan de manera efectiva con la limpieza de productos o de nuestro cuerpo; muchas personas han comenzado a sustituir el papel higiénico por este producto.
Inicialmente, estas toallitas fueron diseñadas para el cuidado de los bebés, pero ahora tienen muchas más aplicaciones, como sustituto del papel higiénico, para la limpieza de muebles y ventanas, como desmaquillantes y hasta para quitar manchas de la ropa. Hoy en día, incluso existen paquetes que puedes llevar en tu bolsa o portafolios.
Desafortunadamente, al tratarse de un producto de uso fácil y desechable, esto las convierte en un peligro para el medio ambiente, pues mucha gente no acostumbra tirarlas en el lugar correspondiente, especialmente cuando son utilizadas como sustituto del papel higiénico; es más común deshacerse de ellas tirándolas al escusado, lo que puede provocar su acumulación en un solo lugar y obstruir el paso del agua corriente.
Algunos empaques muestran que el producto es biodegradable, lo que hace pensar al consumidor que al entrar en contacto con agua, se desintegrarán, tardando en desaparecer menos tiempo que una toallita húmeda común, pero no ocurre de manera instantánea. Lo que se debe hacer es tirarlas en el bote de la basura después de usarlas.
Se sabe que muchos de los productos que utilizamos diariamente, al ser desechados, pueden terminar en los mares u océanos; las toallitas húmedas no son la excepción, y afectan la flora y fauna al igual que el plástico; por lo tanto, evita tirarlas en el lugar equivocado.
De igual manera, hay que tener en cuenta que no deben ser sustituto del papel higiénico; este cuenta con las propiedades necesarias para desintegrarse en el instante en que entra en contacto con el agua, evitando taponar las cañerías.
Puedes seguir utilizando toallitas húmedas de forma cotidiana; incluso, hacerlas una de tus prioridades debido a su funcionalidad, ya que no se limitan a sólo la limpieza de manos, rostro o del bebé; también desinfectan y eliminan bacterias de la mayoría de las superficies, en especial ahora que atravesamos por una contingencia sanitaria. Lo único que se debe de cambiar es el lugar donde se desechan. Debemos acostumbrarnos a tirarlas en el bote de basura y no al inodoro, y así evitaremos contaminar el medio ambiente.