Con el propósito de prolongar la vida útil de los productos y combatir la contaminación plástica en los mares, expertos de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Canadá, presentaron la denominada nueva generación de plásticos no contaminantes a partir de algas marinas y fibra de madera.
La firma Bioform Technologies, vinculada a la UBC, es la encargada de combinar ambos materiales mediante una tecnología inspirada en la tela de una araña, en un bioplástico que sirve para fabricar distintos productos como coberturas agrícolas, recipientes de comida para llevar y tapas para bebida, los cuales tienen la capacidad de degradarse con rapidez en condiciones ambientales normales.
“Podría decirse que estos polímeros están `vivos´, ya que pueden responder a los estímulos, resistir las inclemencias del clima y `curarse´ a si mismos, reconstruyéndose tras rasgarse o rayarse”, señala el Dr. Damon Gilmour.
Por su parte, el Dr. Jordan MacKenzie, cofundador y director ejecutivo de Bioform Technologies, asegura que en este proyecto se están utilizando materiales con propiedades regenerativas a fin de crear productos que eliminen, de manera sostenible, los desechos plásticos sin causar algún tipo de impacto negativo en el equilibrio ecológico.
“A diferencia de otros plásticos biodegradables que requieren condiciones especiales para descomponerse, el bioplástico de Bioform se descompone rápidamente en condiciones domésticas normales”, asegura.
Por si fuera poco, las aplicaciones potenciales de estos polímeros son diversas y podrían ayudar a solucionar algunos de los mayores problemas ambientales en la industria, entre ellos la acumulación de microorganismos, plantas, seres vivos y sustancias biológicas sobre una misma estructura; la corrosión, que es el desgaste por agentes externos; y los desechos provenientes de la fabricación textil.