Este viernes, China puso en funcionamiento la planta de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) más grande de Asia.
Ubicada en la provincia de Jiangsu, la instalación es propiedad del conglomerado energético China Energy, y tiene como objetivo primordial mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero para hacerle frente al cambio climático.
Según información de la agencia estatal de noticias Xinhua, esta propiedad cuenta con una capacidad para capturar hasta 500 mil toneladas de CO2 al año, debido a que emplea tecnologías avanzadas al momento de separar y almacenar dicho compuesto emitido durante el proceso de generación de energía a partir del carbón.
Cabe recordar que en 2020, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que el gigante asiático alcanzaría su pico de emisiones de carbono en 2030, para después lograr la neutralidad de carbono en 2060, esto ante la creciente preocupación nacional y mundial sobre la crisis climática.
No obstante, el desafío entre conservar un alto ritmo de crecimiento económico y recortar las emisiones de CO2 convierten las metas ambientales de China, la nación más contaminante del mundo, en un objetivo muy complicado.