Un grupo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han creado un dispositivo capaz de utilizar la luz solar para convertir el agua en hidrógeno, oxígeno y calor, y de este modo obtener energía.
A primera vista, este “árbol artificial”, tal y como lo han denominado sus desarrolladores, parece una antena parabólica y aunque todavía es un prototipo, sus potenciales aplicaciones podrían extenderse al ámbito industrial, comercial o residencial.
De hecho, la comercialización del aparato ya se encuentra en marcha y en un principio será instalado dentro de una planta de demostración, que abastecerá de energía a una fábrica de metales ubicada en Lausana y algunos hospitales de esta misma ciudad.
“Creemos que este sistema podría cubrir la mitad de las necesidades energéticas y de calor que un hogar y medio suizo de cuatro personas requiere durante un año”, indicó Sophia Haussener, directora del Laboratorio Científico en EPFL.
“La potencia de salida del reactor es de más de 2 kilovatios de energía, lo cual representa un paso realmente alentador hacia la realización comercial de esta nueva tecnología”, añadió.
¿Cómo funciona el “árbol artificial”? Una vez que el aparato esté expuesto al Sol, los rayos se concentrarán en un plato parabólico sobre el que se sitúa un reactor fotoelectroquímico al que se bombea agua y en el que, a partir de todos estos elementos, provocará un fenómeno de electrolisis, permitiendo así la separación de las moléculas de hidrógeno y oxígeno.