Esta semana, el gobierno de Chile, con el apoyo de Coca-Cola, inauguró la primera planta industrial sostenible de reciclaje de botellas plásticas en Santiago, la cual pretende posicionar al país sudamericano como un referente de la economía circular en Latinoamérica.
“(la planta) Representa el impacto positivo que puede tener la buena regulación, cuando los cambios legislativos empujan a la sociedad a hacerse cargo de los temas ambientales y lo hacen con un buen diseño”, declaró durante la ceremonia de apertura Nicolás Grau, ministro de Economía.
“Hoy día, existe un debate en el mundo respecto si es posible que la economía siga creciendo y generando empleo e innovación, y que al mismo tiempo disminuya esta crisis ambiental. Yo estoy convencido de que es posible”, añadió.
Según explicó el funcionario, esta instalación, llamada “Re-Ciclar”, tuvo una inversión de 35 mil millones de dólares y generará 100 empleos directos, así como otros 25 mil indirectos desde el norte al sur de Chile.
Al interior, las instalaciones técnicas y modelo de reciclaje de la planta son 100% circulares, sostenibles, colaborativas e inculsivas.
“A través de este proceso se crea un círculo virtuoso, donde se recolectan estas botellas y llegan a la planta. Aquí, las procesamos y sacamos materia prima con la cual hacemos nuevas botellas”, precisó Grau.
“Con sus grandes máquinas y enormes cantidades de botellas de plástico, la capacidad de reciclaje de esta planta, se calcula, será de unas 350 mil millones de botellas recicladas cada año”, indicó.
Por último, vale la pena mencionar que “Re-Ciclar” emplea tecnología extranjera de países como Italia, Japón y Austria para generar energía mediante paneles fotovoltaicos; energía solar para toda la iluminación de la planta; grúas 100% eléctricas; y generadores de operación y respaldo con la tecnología más “ecoamigable existente”.