El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advirtió el pasado martes que de no reducirse de inmediato las emisiones de gases de efecto invernadero, todos y cada uno de los arrecifes de coral del planeta podrían blanquearse a finales del actual siglo.
La clara advertencia llegó este el lunes, de la mano de Leticia Carvalho, responsable de la división Marina y de Agua Dulce del organismo adscrito a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien afirmó que la inacción provocará la desaparición de los arrecifes de corales: "Antes de que sea demasiado tarde, la humanidad debe actuar con urgencia, ambición e innovación basadas en evidencias científicas, con el fin de modificar la trayectoria de este ecosistema, que es el equivalente del canario en la mina de carbón sobre el impacto climático en los océanos”.
La importancia de estos arrecifes no deja lugar a duda: alimentan a una amplia variedad de especies marinas, protegen las costas de la erosión del oleaje y las tormentas, absorben nitrógeno y carbono, y ayudan a reciclar los nutrientes. Su pérdida no solo tendría consecuencias devastadoras para la vida marina, sino también para más de mil millones de personas en todo el mundo que se benefician directa o indirectamente de ellos.
El fenómeno del blanqueo de corales
Las altas temperaturas oceánicas son uno de los principales desencadenantes del blanqueo de los corales. Cuando las aguas se calientan demasiado, los corales liberan su fuente de energía de algas y se vuelven blancos. Los corales pueden recuperarse del blanqueamiento si las condiciones mejoran.
Sin embargo, el calentamiento progresivo puede debilitar los arrecifes más allá de toda reparación. El último episodio de blanqueo de alcance mundial comenzó en 2014 y se extendió hasta bien entrado el año 2017. Se propagó por los océanos Pacífico, Índico y Atlántico y fue el incidente de blanqueo de corales más prolongado, generalizado y destructivo jamás registrado.
El informe de PNUMA explica los vínculos entre el blanqueo de los corales y el cambio climático y formula dos posibles escenarios:
- el peor muestra los efectos de una economía mundial impulsada mayoritariamente por los combustibles fósiles;
- el intermedio formula la hipótesis de que los países superan sus compromisos actuales de limitar las emisiones de carbono en 50%.
En el primer caso, el estudio prevé que todos los arrecifes del mundo se blanquearán a finales de siglo, y que se producirá un blanqueo anual grave hacia 2034, nueve años antes de las predicciones publicadas hace tres años. De producirse este primer supuesto, significaría un punto sin retorno para los arrecifes, afectando su capacidad de prestar una amplia gama de servicios a los ecosistemas, más allá de los ya mencionados, como la consecución de medicinas y las oportunidades de recreación, advierte el informe: “Es crucial que los arrecifes sostengan alrededor del 25% de todas las especies marinas de las que dependen por lo menos 1 000 millones de personas”.
En caso de que los países alcancen la “situación intermedia”, el blanqueamiento severo se retrasaría once años, hasta 2045.
La situación se agrava por momentos
Ante estas estimaciones pesimistas, Ruben van Hooidonk, autor principal del informe e investigador de corales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, afirmó que "lo triste es que las proyecciones son aún más nefastas que antes. Esto significa que realmente necesitamos intentar reducir nuestras emisiones de carbono para salvar los arrecifes. El informe muestra que necesitamos hacerlo con la mayor urgencia y tomar más medidas porque (la situación) es aún peor de lo que pensábamos".
Aunque los corales han existido durante millones de años y se han adaptado a los cambios climáticos, no sabemos exactamente cómo se aclimatan a los cambios de temperatura. El informe examina la posibilidad de que estas adaptaciones se produzcan entre 0,25°C y 2°C de aumento de las temperaturas medias. También revela que cada cuarto de grado de proceso de adaptación conlleva un posible retraso de siete años en el blanqueo anual previsto; esto significa que los corales podrían beneficiarse de un periodo de gracia de 30 años de blanqueo severo si son capaces de adaptarse a un grado centígrado de calentamiento.
Sin embargo, si la humanidad mantiene el ritmo de sus actuales emisiones de gases de efecto invernadero, los corales no sobrevivirán ni siquiera con 2°C de adaptación: "Esta situación nos demuestra que, incluso con la adaptación, necesitamos reducir nuestras emisiones para ganar tiempo en beneficios de estos lugares, donde podemos hacer esfuerzos de restauración y mantener vivos a los corales", afirmó van Hooidonk.