Durante la mañana de este jueves, el gobierno de Nuevo León declaró estado de emergencia por la crisis hídrica que se ha vivido en la entidad durante estas primeras semanas de 2022.
Según su publicación, éste sería sólo el inicio de la emergencia, ya que anticipan que la escasez de agua y las sequías en el estado pueden durar todo el año e incluso, el resto de la década.
Una de las razones principales de la declaración de emeregencia se debe a que, gracias a la sequía y escasez de lluvia, las presas del estado no tienen el volumen mínimo para llegar al verano; pues apenas alcanzan el 44% de capacidad.
Lo anterior resulta más grave si tomamos en cuenta que Nuevo León es una entidad semidesértica y que, como mencionan las autoridades estatales, desde 2015 a la fecha han tenido, año con año, las peores reservas de agua.
Aunado a ello, el efecto del cambio climático jugará un papel importante en el futuro del agua y las sequías en Nuevo León.
Y es que las autoridades consideran que para 2030, las temperaturas en la región podrían aumentar hasta 2.5 grados centígrados en promedio. Asimismo, se registrarían 27% menos lluvias de las que hay ahora.
De acuerdo con el Registro Público de Derechos de Agua, el 44% de líquido vital en Nuevo León se destina al uso agrícola, y cerca del 17% al uso industrial. Mientras que el 40% restante termina en uso público y viviendas.