Almacenar dióxido de carbono (CO2) bajo tierra podría ser una buena solución para mitigar el cambio climático, según un nuevo estudio elaborado por investigadores españoles, quienes desarrollaron una tecnología que calcula los efectos de sepultar millones de toneladas de este compuesto.
La investigación, liderada por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDEAEA) y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), demostró que existe un bajo riesgo de escape de CO2 en la superficie, situación que garantiza una alternativa segura a fin de conseguir la neutralidad del carbono.
Para ello, los autores realizaron distintas simulaciones, en las que, efectivamente, el CO2 es capaz de permanecer en las profundidades del subsuelo durante millones de años, incluso si las rocas suprayacentes de baja permeabilidad se llegasen a fracturar,
“El objetivo del almacenamiento de CO2 es tomar este gas de efecto invernadero, proveniente de industrias con dificultades para reducir emisiones, e inyectarlo a gran profundidad bajo tierra”, precisó Iman Rahimzadeh, líder investigador.
“Para que el dióxido de carbono permanezca abajo debe ser introducido en rocas con alta permeabilidad y porosidad, como el gres”, explicó.
Sin embargo, advirtió, existe el riesgo de que el gas escape, toda vez que el CO2 resulta menos denso que el agua salina, la cual llena los poros; por lo que podría salir hacia arriba y volver a filtrarse en la superficie.
Pese a lo anterior, Rahimzadeh y el resto de científicos señalan que el presente estudio será relevante para aumentar la confianza en la seguridad del almacenamiento de CO2 bajo tierra, lograr la neutralidad y contrarrestar los efectos de la crisis climática actual.